El voluntariado: otra oportunidad para adquirir habilidades blandas, entre otras, para jóvenes profesionales interesados en la Agilidad (Agile).
A veces me consultan sobre la “utilidad” o no de realizar una experiencia de vida en el extranjero, dado que desde la ONG en la cual me desempeño hace años, hemos tenido oportunidad de enviar voluntarios argentinos a Europa en múltiples proyectos patrocinados por el Programa Erasmus+ de la Unión Europea.
La participación en un proyecto de voluntariado en el extranjero deja una huella imborrable en los que se animan a transitar esa experiencia, por varias razones…
Contactos
Las amistades que se generan en quienes se encuentran lejos de sus países se profundizan velozmente. La distancia juega a favor, incluso para quienes temen no poder adaptarse y estrechar nuevos vínculos. Además de enriquecerse con nuevas relaciones, quienes marchan al extranjero vuelven con una agenda de contactos diversificada: valiosa fuente de información y referencias.
Conocimiento de sí mismo
El día a día en una nueva cultura nos somete a nuevos desafíos. Nos pone a prueba en nuestra capacidad para adaptarnos a nuevos entornos sin que la ansiedad y el desconcierto nos dominen. Para saber más de nosotros, hay que atreverse a salir de la zona de confort (una sugerencia trillada, es cierto) lo que logramos fácilmente cuando estamos lejos de nuestras actividades habituales y de las personas que frecuentamos.
Adquisición de nuevas perspectivas
Salir de la propia tierra nos permite analizarla desde nuevos enfoques: Una mirada desde el extranjero de nuestros países nos permite ponderar su lugar de otro modo.
Experiencia intercultural
El poder demostrar experiencia de trabajo en otra cultura habla de una persona que ha ejercitado habilidades varias: iniciativa (para buscar nuevos horizontes), solidaridad (para donar parte de su tiempo para una causa noble), trabajo en equipo e integración intercultural (para interactuar con personas de distinta procedencia). A esto se suma la labor concreta desarrollada, la que puede indicarse como cualquier otra referencia laboral más en un CV.
Dominio de una nueva lengua
Como último aspecto a considerar, pero no menos relevante, es la posibilidad de aprender/ejercitar una nueva lengua. El aprendizaje de un idioma nuevo nos abre un mundo de posibilidades: manejar otra lengua es acceder a una nueva mirada del mundo. Si tuviera hijos, les inculcaría el amor por otros idiomas: es el pasaporte siempre válido para insertarse laboralmente en multiplicidad de tareas y la vía para ampliar el número de amistades. Para quien requiera demostrar esta habilidad, el haber vivido en el extranjero es una garantía.
Transitando los Erasmus Days es importante destacar la relevancia que un programa como el Erasmus+ tiene para miles de jóvenes en todo el mundo, tanto para su crecimiento personal como para su empleabilidad futura.
Tomarse un semestre o un año de trabajo voluntario en el extranjero, para tranquilidad de aquellos jóvenes que lo están considerando, está lejos de constituir un bache en la vida académica / laboral de una persona. Por el contrario, resulta un diferencial para el crecimiento humano y un valor agregado en el curriculum de cualquier postulante.
En lo personal, he aprovechado mi experiencia de diez años asistiendo a jóvenes deseosos de viajar a Europa a realizar diferentes tareas como voluntarios: esto me ha permitido demostrar mis habilidades en gestión de proyectos a la par que abrir mi cabeza a nuevas realidades.
Claudio Fernández Aráoz (1), colaborador habitual de Harvard Business Review, sugiere que las consultoras han comenzado a notar hace años que la inteligencia emocional (o las habilidades blandas) resulta más importante que el coeficiente intelectual. Sugiere focalizarse en cuatro cualidades a buscar en los próximos líderes:
- Curiosidad: Deseo de nuevas experiencias , conocimiento y apertura al aprendizaje y el cambio.
- Perspectiva: Habilidad para reunir y comprender información que sugiera nuevas posibilidades.
- Compromiso: Facilidad para usar la emoción y la lógica para comunicar de modo persuasivo una visión y conectar con la gente.
- Determinación: Empeño para luchar por una meta a pesar de las dificultades y la resiliencia
Quien reflexione sobre lo anterior, notará que estas cualidades están presentes en quienes se comprometen con el trabajo voluntario: sirvan estas líneas para motivar a nuevos jóvenes a buscar en el Tercer Sector, no sólo la oportunidad de ayudar al prójimo, sino también de formarse como líderes y aportar a su empleabilidad.
(1) FERNANDEZ ARAOZ, C. «21st-Century Talent Spotting«, en Harvard Business Review. Junio de 2014.
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