¿Qué es Agile? ¿Agile es una metodología, un método o una nueva forma de organización del trabajo? Aquí te contamos cómo nació y cuál es su impacto en las nuevas tecnologías.
¿Qués es Agile? – Ágil o Agilidad en algunas regiones hispanohablantes. Una muy buena pregunta a la cual tal vez no encontremos una respuesta pronto. Así de reciente es Agile. Aún hoy existe un gran debate sobre si Agile es un método, una metodología, una forma diferente de trabajar, o simplemente una nueva moda (como fue el tema de las áreas abiertas de trabajo o el trabajo desde casa, también conocido como «teletrabajo»).
Lo que sí sé es que no tengo una respuesta y me permito no tener que buscar una. Para mí, Agile es a veces un método, otras una metodología y en algunos casos, he visto empresas que simplemente la usan como una «moda», sin entender nada al respecto.
Un poco de historia…
Pero para situarnos mejor, empecemos por los comienzos. La agilidad no es realmente algo nuevo, aunque sí lo sea en el campo laboral. Las disciplinas y los negocios más «tradicionales» estaban acostumbrados a trabajar de una manera muy rígida bajo una metodología sistematizada, entre otros, por la NASA. El método en cascada, propagado por el Project Management Institute en su PMBOK, nació de la necesidad de medir hasta el último milímetro del proyecto, cada riesgo o problema posible, documentando todo cuanto fuese necesario y planificando todo antes de ni siquiera empezar el proyecto. Después de todo, a nadie se le ocurriría invertir el dinero y el tiempo necesario en enviar un cohete al espacio así nomás.
Pero a mediados de los 90, cuando el desarrollo de software empezó a expandirse de manera considerable más allá del campo militar, algunos profesionales empezaron a sentir que el método en cascada era muy pesado, mataba la creatividad y el trabajo en equipo y terminaba siendo contraproducente. Entendieron, entonces, que era necesario trabajar en pequeños bloques – que es lo único y poco que conocemos a medida que vamos avanzando en el proyecto – y de manera reiterativa, en una especie de lógica «acción, corrección, vuelva a empezar».
¿Qué es Agile? ¡Seguro no es algo nuevo!
Como decíamos anteriormente, esta idea no es en realidad algo nuevo. Si nos ponemos a pensar, así aprenden los niños en la escuela. Empiezan por las unidades, las decenas y las centenas. Luego retomamos los mismos conceptos aprendidos y le añadimos la suma. Luego la resta, la multiplicación y así sucesivamente, hasta graduarnos. Inclusive hay ejemplo claros en la naturaleza. Un ser humano tarda 9 meses en formarse: se empieza por lo más básico y necesario, órganos como el corazón, el cerebro y el sistema circulatorio para terminar luego con los últimos retoques, como las cejas y las pestañas.
Eso mismo pensaron 17 hombres en el 2001 en Estados Unidos y propusieron un Manifiesto por el Desarrollo Ágil de Software. No se trata de una biblia, ni de un compendio. Son solo principios básicos necesarios para desarrollar software de manera ágil. Así, dejaron abierto el camino para que cada equipo de trabajo se organizase de la forma que creyera más conveniente, siempre y cuando se siguiesen esos principios básicos. Y el resto fue historia. De allí se derivaron varias formas, métodos o metodologías – como gusten llamarlo: Scrum, Kanban, XP, etc. Y ahora se intenta aplicar la Agilidad a todo tipo de empresas o equipos: de telecomunicaciones, de infraestructura, instituciones bancarias, organismos gubernamentales e inclusive el propio PMI empezó a otorgar certificaciones en Agile.
¿Por qué? ¿Cómo se tradujo la agilidad en el mundo del desarrollo software al resto de las empresas del sector privado, e inclusive al sector público? ¿Por qué todos quieren ser Ágiles?
La respuesta es muy sencilla. Mis padres tardaron unos 15 años en pasar de un televisor en blanco y negro (cuando eran niños) a uno en color (cuando se casaron). Yo tardé sólo 3 años en tener un celular monocromático a uno con pantalla a color y esperé unos dos años más para tener un celular con pantalla táctil. Si alguien me hubiese dicho en el 2001, cuando esos 17 hombres crearon el Manisfesto Agile, que en menos de diez años estaría utilizando un teléfono para charlar con mis padres a más de 20 mil kilómetros de distancia y que estaría viéndolos en una pantalla en vivo y en directo… probablemente lo hubiese creído. Porque hoy la tecnología avanza tan rápido, que todos sabemos que la agilidad y el cambio son una constante en nuestras vidas – con todo lo positivo y lo negativo que eso pueda acarrear.
En resumen…
Y así, también lo exigimos en otros niveles de nuestras vidas, no sólo con productos que compramos. Queremos que el servicio bancario sea ágil, rápido, y accesible en todo momento. Queremos que nuestras cuentas gubernamentales sean de fácil acceso, claras y transparentes. No queremos hacer más cola para pagarlas, queremos pagar impuestos desde la comodidad de nuestros hogares. No llenamos más formularios y papeles, y tampoco soportamos los estampillados o los pesados procesos burocráticos – muchas veces públicos, pero también privados. Demandamos agilidad. Y cualquier empresa u organización pública que desee brindar un servicio de excelencia, debe aggiornarse a estos nuevos requerimientos. De allí que la Agilidad no sea una moda a mí entender. Podremos discutir largo y tendido si es una método o una metodología, pero la Agilidad no es una moda. Y llegó para quedarse.
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Muy interesante tu sitio.
Éxitos con la iniciativa. 🙂
Muchas gracias Federico. Espero tus comentarios y preguntas, también.
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