Almudena Rodríguez Pardo es consultora en Agilidad de negocios. En esta interesante entrevista nos cuenta su recorrido y qué es necesario para lanzarse en la consultoría en agilidad de negocios.
A veces me han preguntado por qué no me lanzo en la consultoría. Primero, la respuesta es fácil: porque aún tengo mucho por aprender. Segundo, amo donde estoy, lo que hago y los desafíos que mi rol me presenta todos los días.
En esta entrevista tuve la oportunidad de aprender aún más junto a Almudena acerca de la consultoría en agilidad de negocios, tema que me apasiona.
¿Qué es la agilidad de negocios?
La agilidad vista desde el punto de vista de un equipo es sencillo de aprender. ¿Pero qué es la agilidad de negocios?
Según SAFe, la agilidad de negocios (o business agility, en inglés) «… es la habilidad de competir y crecer en la era digital, respondiendo rápidamente a los cambios del mercado y las oportunidades emergentes con soluciones de negocios innovadoras. La agilidad de negocios requiere que todos los involucrados en la creación de soluciones (líderes tecnológicos y de negocios, desarrolladores, operaciones TI, los equipos de legal, marketing, finanzas, soporte, seguridad y otros) utilicen prácticas ágiles y Lean para desarrollar de manera continua productos y servicios innovadores y de alta calidad más rápido que los competidores». (© Scaled Agile, Inc.)
Definiciones sobre la agilidad de negocios podemos encontrar muchas. La idea básicamente es, a través de la consultoría, ayudar a la empresa a adquirir las herramientas y los procesos necesarios que le permitirán crecer, llegar a responder más rápido a sus clientes y diferenciarse de sus competidores en un mundo altamente cambiante.
Para esto, el consultor debe tener muchos años de experiencias en proyectos donde ha puesto en práctica diferentes marcos, encuadres y metodologías ágiles. Es la praxis pura de la prueba y del error.
Es decir, el consultor ha vivido tanto que puede ahorrarle a la empresa el fastidio de intentarlo todo, proponiéndole finalmente una solución que se adapte de la mejor manera posible a la realidad de su organización. El consultor no viene a imponer, ni tiene una receta secreta. Más bien tiene varias recetas mágicas que intenta combinar de la mejor manera posible para cada organización.
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